jueves, 30 de junio de 2011

Adivina dónde está esta mujer tan coqueta

Hacía bastante tiempo que había dejado abandonada esta sección así que hoy creo que es un buen día para retomarla. En este caso sólo hay que responder una pregunta:

- ¿Dónde se encuentra ubicada esta estatua?

Espero vuestras respuestas.

martes, 28 de junio de 2011

Para los que os vais de vacaciones

Junio se acaba y con julio muchos comienzan sus vacaciones. Espero que sean mejores que las que nos muestra Forges en su viñeta del viernes en "El País"

viernes, 24 de junio de 2011

Lejanías

Para acabar la semana os dejo con este microrrelato de José María Merino, escritor y miembro de la Real Academia Española. Espero que os guste. Buen fin de semana.

No hay demasiada gente y puedo ver con claridad a la mujer desde el mismo momento en que entra en el vagón. Hay algo raro en sus ropas y en su actitud. Cubre su cabeza con una pañoleta oscura, las puntas atadas en la nuca, y los hombros con una toquilla parda. Salvo por los zapatos deportivos, perecería una campesina de otra época. De uno de sus hombros cuelga una especie de zurrón, y lleva en una mano un vaso de plástico, mientras enarbola en la otra un objeto que no puedo distinguir todavía.

Con voz aguda, trémula, y con aire de súplica, la mujer inicia una larga parrafada, en que sólo se entienden dos palabras, una que se parece a “señores” y otra que habla de alguna parte de la Europa del sur oriental. Algunos pasajeros buscan monedas en los bolsillos y las depositan en el vaso de la mujer. Cuando está más cerca puedo ver que el objeto que presenta es la fotografía de un grupito de personas.


Entonces percibo un movimiento de la mujer que va sentada a mi lado, y me encojo con gesto instintivo, imaginando que ha movido sus brazos para buscar en su bolso alguna limosna con destino a la exótica pedigüeña. Mi vecina lleva un bolso de lona viejo y viste un abrigo bastante raído.


Sin embargo su gesto no indicaba ninguna búsqueda en su bolso, sino un movimiento del cuerpo, el de ponerse en pie. Lo hace, y casi al mismo tiempo empieza a dar voces rabiosas, en un idioma también desconocido, dirigidas a la mujer que viene por el pasillo con su vaso de plástico y su fotografía. La otra se queda quieta, atónita, pero enseguida responde a las imprecaciones de mi vecina con gritos destemplados. Separadas por un pequeño espacio, ambas mujeres se gritan, se recriminan, tal vez se insultan, en esa lengua extranjera, incomprensible.


El metro se ha detenido en una estación y, como si la parada marcase la culminación de una crisis, las mujeres se callan, se miran, y de repente echan ambas a llorar, una frente a la otra, con largos gemidos la mendiga, con hondos sollozos mi vecina, mientras el resto de los pasajeros, sin comprender nada, sentimos pasar a nuestro lado el ángel de la desolación.

jueves, 23 de junio de 2011

Casa Bringas, o regateas o la pringas

La Travesía de Bringas, denominado antiguamente como cobertizo de San Miguel, es una pequeña calle situada entre la Cava de San Miguel y la calle Mayor. Parece ser que su nombre se debe a un comerciante que se instaló aquí a finales del siglo XVIII, en la esquina con la calle Ciudad Rodrigo, donde actualmente hay una cervercería.

Antonio Bringas vendía alpargatas, sedas, hierbas medicinales, tabaco, pero no era conocido en el barrio por eso sino por su afán de ponerle a todos sus productos un precio desorbitado. Todo el que allí acudía sabía que tenía que echarle el mismo morro que el dueño, si no quería salir con la cartera esquilmada. Parece ser que a regañadientes Antonio siempre hacía un pequeño descuento sobre el precio original por lo que poco a poco fue haciéndose popular entre los vecinos de la época la siguiente frase: "si compras en Casa Bringas o regateas o la pringas".

lunes, 20 de junio de 2011

La solidaridad está de moda

Para empezar la semana os dejo con esta entrada, publicada hace un tiempo en mi otro blog. Como siempre, está contada En 99 palabras.

Aunque trabajan a pocos metros nunca han cruzado palabra. Un mundo las separa. Pilar, dueña de una boutique, siempre viste de marca, y cualquiera de sus complementos conlleva un nombre con muchos ceros. En el caso de María hablar de trabajo parece ofensivo. Ataviada con vestido azul, pañuelo rojo y deportivas, mendiga ayuda.

Desde que el lunes Pilar reparó en María vive mortificada. Ayer, intentando calmar su conciencia se acercó, le entregó una bolsa y, sin intercambiar palabra, se marchó.

Hoy cada vez que Pilar ve a María con su nuevo pañuelo azul sonríe orgullosa ¡Ahora sí va conjuntada!

viernes, 17 de junio de 2011

Un corazón donado como reliquia a Madrid

Giuseppe Anselmi (1876-1929) fue uno de los tenores más famosos de Europa de principios de siglo. Recorrió los mejores teatros europeos y americanos, cosechando éxito tras éxito, pero fue el madrileño Teatro Real, donde debutó en 1907, el lugar en el que cosechó sus más altas cotas de popularidad.

Nada más llegar a la ciudad se identificó con el carácter de las gentes y se convirtió en un asiduo de ferias y verbenas en las que disfrutaba mezclando con el pueblo. Su amor por Madrid llegó hasta el punto de que cinco años antes de morir, donó su corazón al Museo-Archivo del Teatro Real.

Esta donación la hizo en respuesta a la solicitud de los encargados del Museo-Archivo que le mandaron una carta solicitándole un recuerdo suyo para que formara parte del museo recién creado. Gran sorpresa se llevaron éstos cuando en la carta de respuesta, Anselmi aseguraba que cuando le llegara la hora de su muerte donaba su corazón en el que “están trazadas, con indelebles caracteres, las palabras “España”, “fe”, “gratitud” y “amor” al Museo.

En 1929, tras morir Anselmi, llegó a Madrid un ancho frasco de cristal, dentro de una caja de madera con asa de metal, con la reliquia. El corazón fue disecado en el museo de antropología, y alojado en 1931 en el Teatro Real. Allí permaneció durante años, sobreviviendo incluso a los duros años de la Guerra Civil, hasta que poco después fue a parar al Museo del Teatro de Almagro donde aún reposa.

martes, 14 de junio de 2011

Los hijos del caballo blanco

Aprovechando que el Rayo ha vuelto a Primera me apetece hoy contar una leyenda, de la que me enteré hace poco tiempo, que tiene que ver con el origen del populoso barrio madrileño de Vallecas.

Según cuentan las más antiguas crónicas, el origen de Vallecas se debe a una vallecana que se ganaba la vida como lechera y a un caballo. Esta vallecana contaba en sus establos con un gran número de vacas a partir de las cuales obtenía el sustento con el que poder alimentarse ella y su familia. Además en sus establos contaba con un caballo, aún más blanco que la leche que daban las vacas, cuya belleza era la envidia de todos los propietarios de caballos de los alrededores.

Corroídos por la envidia éstos fueron propagando el rumor de que la lechera, estaba tan sumamente enamorada de su caballo que no tuvo reparos en demostrarle todo su amor manteniendo relaciones carnales con él. De esa relación mitológica nació un hijo que posteriormente fue el fundador de Vallecas. Desde entonces, y aunque ahora es algo que se está perdiendo, se conoce a los vallecanos como los hijos del caballo blanco, y de hecho una peña del Rayo lleva ese nombre como puede verse en la imagen.

lunes, 13 de junio de 2011

Acuática

Para empezar la semana os dejo con un microrrelato escrito hace un tiempo en mi otro blog. Como siempre está escrito En 99 palabras.


Nacer un 27 de enero por parto acuático marcó a Marimar. Su unión con el agua continuó cuando tras licenciarse en Ciencias del Mar conoció a Marino, un Piscis del Canal de Isabel II, con el que se fue a vivir a Cánovas del Castillo, junto a Neptuno.


Por ello quizás a todos les sorprendió que aquel tormentoso día Marino cayera con el coche al Manzanares para no volver.

Poco después Marimar alquiló un apartamento en la costa, y en su primera noche, bajó hasta la playa, se quitó el bañador y avanzó hacia el horizonte entre las olas.


viernes, 10 de junio de 2011

Viviendo en la calle

"Madrid cobra su carácter en la calle, es una urbe más amiga de los espacios abiertos que de las habitaciones cerradas. Aquí todo se hace en la calle, desde el negocio hasta la juerga. Madrid es tan callejera como una meretriz de esquina... Que a uno le digan en Madrid vamos a la calle no es una forma de expulsión, sino una gran invitación a la felicidad. Aquí todo palpita en la calle, incluidos el odio y el amor"

Javier Martínez Reverte, periodista y escritor.

jueves, 9 de junio de 2011

El colegio de los niños castrados

Corría el año 1590 cuando Felipe II decide fundar, en la calle Leganitos, el Colegio de niños músicos de Santa Bárbara, conocido popularmente como el de los Cantorcicos, y también como el colegio de los Capones. Allí estudiaban por curso seis niños, que además de aprender solfeo y demás conceptos musicales, recibían enseñanza sobre latinidad, religión y moral hasta que alcanzaban el nivel suficiente como para que el rector encargado del colegio les diera lecciones de estilo y composición.

Fueron muchas las familias, que debido a sus problemas económicos, intentaban que sus hijos fueran allí admitidas para así tener opciones de ver su futuro de forma más halagüeña. Sin embargo, y según cuentan las crónicas, para entrar a dicho colegio era conveniente una condición que no todo el mundo estaba dispuesto a poseer. Y es que allí se daba preferencia a los niños castrados.

Aunque ahora suene extraño los castrados hicieron su aparición en las iglesias, en el siglo XVI, tras prohibir el Papa Pablo IV que las mujeres cantaran en San Pedro ya que "las mujeres debían mantener silencio en la Iglesia". Fue a partir de ese momento cuando tanto niños como adultos castrados comenzaron a reemplazar a las voces femeninas.

El Colegio alcanzó su mayor prestigio cuando, durante el reinado de Fernando VI, tuvo como rector a Carlos Broschi, el famoso Farinelli. En el año 1835 cerró sus puertas pasando la instrucción de todos aquellos jóvenes interesados en la música al Conservatorio.

martes, 7 de junio de 2011

El Palacio de la Sífilis


Palacio de la Zarzuela, Palacio de la Moncloa, Palacio del Pardo, Palacio Real… la lista conocida de Palacios existentes en Madrid podría alargarse mucho pero hay algunos que, hoy ya desaparecidos, quizás no sean tan conocidos. Uno de ellos era conocido popularmente como el Palacio de la Sífilis y tuvo su apogeo durante la dictadura de Primo de Rivera. Realmente este Palacio era el Café Zaragoza, y estaba situado en la calle del León, esquina calle Atocha, y creo que en este caso no hace falta especificar qué tipo de princesas, y príncipes, habitaban. Falta decir que a las "princesas" que allí habitaban se las conocía popularmente, -¡vaya usted a saber porqué!- como "las elementas"


lunes, 6 de junio de 2011

Madrid es todo esto y más


"Madrid es tener un gabán que abriga mucho y con el que se puede ir tranquilo hasta a los entierros con relente. Madrid es no admitir lo gótico. Madrid es la improvisación y la tenacidad. Madrid es quedarse alegre sin dinero y no saber cómo se pudo comprar lo que se tiene en casa"

Ramón Gómez De La Serna, escritor y periodista (1888-1963)

miércoles, 1 de junio de 2011

La vida a sorbos


Empiezo junio con un microrrelato ya publicado en mi otro blog. Como siempre está contado "En 99 palabras"

Se amaron durante horas hasta saciarse. Entonces ella sacó el cava reservado para la ocasión, había llegado el momento. Bebieron con ansia la primera botella, descorcharon otra y siguieron bebiendo.

Ella fue la primera en dar muestras de que el final se acercaba. A los pocos minutos sus ojos se cerraron y su rostro comenzó a desdibujarse. Él la abrazó y esperó su turno.

Cuando amaneció ambos yacían inmóviles.

Horas después ella despertó resacosa, él nunca más lo hizo. Hoy ella tiene cuatro ceros más en su cuenta corriente y un cero a la izquierda menos en su vida.